Montar un despacho de diseño es algo que se suele tomar como punto de partida a la hora de adentrarnos en una nueva aventura profesional. Por supuesto, el precios una variable clave que va a determinar las posibilidades y el tipo de mobiliario de oficina con el que podremos contar, pero por encima de esta variable está el saber encontrar los productos adecuados.
Al igual que ocurre en el mundo de la moda o cualquier otro evento o situación en los que el estilo y buen gusto puede sobresalir, eligiendo los productos idóneos, combinándolos adecuadamente y prestando atención a los detalles que marcan la diferencia habremos formado la base del éxito.
Pero, ¿tan complicada es la misión? ¿Te sientes fuera de lugar ante la gran oferta y miles de alternativas? No te preocupes y que no cunda el pánico. Hoy vamos a demostrar que montar un buen despacho de diseño es algo fácilmente factible de la mano de ofisillas ¡comenzamos!
Las sillas de un despacho de diseño, las protagonistas
El punto de partida a la hora de crear un despacho de diseño es centrar la atención en los elementos que habitualmente permiten mostrar el ejercicio de diseño más sofisticado y personal: las sillas de oficina. Sin duda, este elemento suele arriesgar en su diseño, introduciendo nuevas formas, materiales y combinación de elementos que precisamente aportan esa distinción y exclusividad atribuibles únicamente a las sillas de diseño.
Es por ello que elegir una nueva silla o mejor aún, una silla con sus sillas de confidente a juego, constituirá el lienzo para ir dando pinceladas de diseño.
Es un buen despacho de diseño no puede faltar un sillón o sofá
Una de las cosas que caracteriza a una oficina de diseño es la inclusión de elementos que no son estrictamente habituales en una oficina normal y corriente. Puede parecer paradójico, pero los elementos que más diseño y exclusividad van a aportar son aquellos que podemos encontrar en nuestro hogar o en un despacho con un ambiente más desenfadado, pero igualmente válido para llevar a cabo una actividad profesional.
Por un lado, no es mala idea introducir un sillón de diseño en nuestra oficina. La voluptuosidad, combinada con brillantes estructuras cromadas, dará una esencia muy acogedora a una oficina de diseño. Una vez más, no necesitas romperte la cabeza o acudir a profesionales para conseguir uno, ya que hay bastantes modelos con estructura de madera y líneas redondeadas, como este VAREN.
Por otro lado, un sofá puede vestir mucho nuestra oficina de diseño, ya que es todo un guiño a los elementos decorativos propios de un salón o despacho para atender a las visitas que os comentábamos antes. ¿Quieres todo un clásico y que es un acierto seguro? ¡No puede faltar este precioso modelo CHESTER!
Una oficina de diseño ha de tener una mesa en cristal
Las mesas de cristal son otra de las formas con las que añadir sofisticación para crear una oficina de diseño a la última. Este material, combinado con el metal, está presente en muchas obras arquitectónicas, por lo que es una oportunidad de oro para inspirarse en ellas y su seductor magnetismo estético.
Además el brillante acabado y sus reflejos también ponen su granito de arena a la hora de llamar la atención. Incluso podremos jugar con la iluminación del ambiente para jugar con las luces, sombras y brillos.
Como verás, hasta ahora hemos demostrado que fijándonos y tomando como ejemplo otros elementos con gran componente estético podemos lograr tener una interesante oficina de diseño. Es cierto que en bastantes ocasiones, el diseño está asociado al riesgo, innovación y, en ocasiones, extravagancia. No obstante, hay muchos básicos que podemos tomar como referencia, ya que si algo funciona ¡por qué cambiarlo?
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