Una silla ergonómica sin respaldo puede ser una opción a tener en cuanta en el caso de tener problemas de postura corporal y columna vertebral. Este tipo de sillas de oficina se caracterizan por la particular forma y posición que se adopta en ellas, afirmando algunos estudios que ofrecen una serie de ventajas a largo plazo.
Las sillas ergonómicas desempeñan un papel esencial a la hora de hablar de higiene postural, ya que su diseño, formas y ajustes están enfocados a que nuestro cuerpo adopte la postura óptima y menos dañina. Las consecuencias que una postura incorrecta puede tener en nuestra salud son notorias, por lo que los 5 consejos para elegir una silla ergonómica sin respaldo resultan de lo más interesantes ¡comenzamos!
Ajustes: la esencia de una silla ergonómica
El principal consejo que os vamos a dar a la hora de buscar cualquier tipo de silla ergonómica sin respaldo es que cuanto más ajustes tenga mejor. Una silla con múltiples regulaciones se adaptará mejor a nuestro cuerpo y la sujeción y apoyo en la espalda, muslos, etc. será superior.
Las sillas ergonómicas sin respaldo o de rodilla, a pesar de que puede parecer que no son ajustables sí lo son. Precisamente no debemos de caer en ese error y tener en cuenta las posibles regulaciones en altura del asiento o respaldo si lo tiene.
Muy importante el acolchado de una silla ergonómica sin respaldo
Como norma general el acolchado de una silla ya sea de oficina, tipo sillón o ergonómica es otro de los aspectos que marcan la diferencia. En el caso de las sillas ergonómicas sin respaldo, esta cuestión adquiere una importancia más grande si cabe. ¿El motivo? el funcionamiento y naturaleza de esta variedad se asiento.
La clave en una silla rodillas es que la presión que ejerce el propio peso de nuestro cuerpo se reparte entre la espalda y las rodillas. Por el contrario, en una silla tradicional o estándar dicha presión se centra sobre todo en la zona baja de la espalda.
Por eso es muy importante contar con un buen acolchado sobre todo en la zona de las rodillas, ya que suele ser bastante delicada.
Otro consejo, válido también para modelos con respaldo es que el relleno ha de tener un equilibrio perfecto entre dureza y confort. Esto es: lo suficientemente firme para evitar la fatiga con el uso prolongado pero a su vez lo suficientemente suave como para ser cómodo y envolvente.
También hay sillas ergonómicas sin respaldo y con brazos
Los accesorios que ofrecen un apoyo adicional en brazos o cabeza son más que bienvenidos a la hora de hablar de comodidad ya sea en sillas ergonómicas sin respaldo o con él. ¿Sabíais que también existen sillas de rodilla con reposabrazos? Así es, y esto se deba a que la clave de este tipo de asientos reside en los ángulos que se forman entre espalda pelvis y rodillas, por lo que no podemos descuidar los añadidos que podemos encontrar habitualmente en las sillas estándar.
Avanzando en el tema, y para los más curiosos, os animamos a ver la llamativa silla fitball de la que os hablábamos en nuestra anterior entrada de Las 10 sillas más originales del mundo ¡os dejará boquiabiertos!
Apostar por la calidad es sinónimo de acierto
Por último, nos gustaría daros una recomendación por la que siempre apostamos en ofisillas: la calidad. Parece una cuestión obvia y que se suele cuestionar a la hora de elegir una silla, también en el caso de las sillas ergonómicas sin respaldo. Pero lo cierto es que a pesar de tner que afrontar un desembolso superior, estaremos invirtiendo en salud y nuestro cuerpo nos lo agradecerá con el tiempo.
Silla ergonómica de rodillas
Una silla de rodillas o silla ergonómica sin respaldo puede resultar una opción interesante en el caso de necesidades especiales. El secreto está en su ergonomía, aunque paradójicamente no tienen respaldo, unas de las piezas más importantes y que suele tener estudiada ergonomía.
Al sólo tener un asiento y superficie acolchada para las rodillas, la columna vertebral adopta una postura erguida de manera natural. Esto es una de las cosas más interesantes ya que se evita el riesgo de descuidar la postura y terminar por dañar nuestra espalda. De hecho, tal es la ventaja a nivel anatómico de una silla de rodillas que directamente también se las conoce como sillas ergonómicas.
Otra de las ventajas de este tipo de sillas está relacionada con el espacio y durabilidad. Por un lado, al carecer de respaldo y reposabrazos, ocupan un menor espacio en la habitación o despacho en el que se instalen. Algo de agradecer si no disponemos de mucha superficie y conseguir una sensación de mayor bienestar. Por otro lado, a menor existencia de piezas móviles, mayor es la durabilidad. La sencillez de su construcción hace que sean a largo plazo más fiables, ya que es menos probable que alguna de sus piezas se averíe o desgaste.
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