Las sillas de escritorio para niños presentan muchas tipologías diferentes, pero todas tienen en común la comodidad, la ergonomía y el estilo divertido. Son modelos expresamente diseñados para los más pequeños, quienes por estatura y movimientos necesitan unos asientos con características muy definidas para prevenir dolores y malas posturas.
Una primera diferenciación en cuanto a las sillas de escritorio para niños radica en los colores usados. Mientras que las negras o grises oscuras suelen preferirse para jóvenes más maduros, las de colores vivos son del gusto de quienes se inician en la tarea de los deberes de casa. Por su parte, aunque se están echando abajo los estereotipos, los modelos de color rosa suelen tener un público más femenino.
Sin embargo, lo que más define una silla masculina o femenina son los dibujos que decoran muchos modelos. Mientras los chicos se decantan más por superéxitos como Cars, las princesas de Disney son siempre un acierto seguro en las habitaciones de las niñas. Estos personajes de películas y series ayudan a que los niños le cojan más cariño a esta pieza del mobiliario, normalmente asociadas al aburrido momento de los deberes.
Sillas de escritorio para niños: otras diferencias
Otra diferencia importante en este tipo de sillas es el material del asiento propiamente dicho. Mientras el plástico duro puede ser una opción suficiente para quienes no vayan a estar sentados durante largos periodos, los acolchados son los elegidos para los que priorizan la comodidad.
Como elementos adicionales en estos asientos encontramos los reposabrazos, preferibles cuando el pequeño se sienta frente al ordenador, o los que prescinden de ellos, normalmente cuando los deberes son mayoritariamente de escritura.
Las ruedas también marcan una importante diferencia: las sillas fijas son más propicias para el estudio prolongado, mientras que las móviles son más aptas para actividades que requieren mayor facilidad de movimientos, por ejemplo para consultas en estanterías.
Y por último, mención aparte merecen los taburetes que, a diferencia de las sillas de escritorio para niños, están más pensados para actividades cortas, pues cuentan con un respaldo más bajo para aportar comodidad pero no para sujetar la espalda. Por esta misma razón, también se considera que los usuarios de estos modelos no son los niños pequeños sino los mayores.
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