Realizar ejercicios en la oficina es algo que tiene una incidencia muy positiva en aquellas personas con trabajos sedentarios. La cantidad de horas prácticamente inmóvil delante de un ordenador o mesa puede hacer mella en nuestra salud, incidiendo directamente en nuestra energía y bienestar.
Es por ello que hoy os vamos a mostrar varias formas de hacer ejercicio en la oficina, de una forma práctica versátil y sobre todo realizable. Indudablemente disponer de unos minutos para poder ir al gimnasio durante el break para comer es lo más aconsejable. Pero muchas veces esto no es posible, pero no os preocupéis, ya que es posible realizar actividad física siguiendo unos pequeños trucos.
El primero de los ejercicios en oficina: ¡muévete todo lo que puedas!
El primer truco para hacer más ejercicio en oficina es desarrollar las tareas que hacemos habitualmente pero de una manera más física. Nos explicamos: hay que salir de la zona de confort físico y evitar el uso de atajos para hablar con compañeros, moverse por las instalaciones de la oficina, etc.
¿Cómo se puede llevar a la práctica? Muy sencillo: evitando el uso de ascensores y subiendo escaleras, moviéndonos hasta nuestro compañero/a para preguntarle algo en lugar de hacerlo por skype o email, eligiendo una ruta más larga para ir a determinado departamento, etc. Podemos ir un paso más allá si optamos por ir a la oficina directamente en bicicleta o bajándonos una parada antes del metro o bus y completar el recorrido andando.
Centrar los ejercicios de oficina en las piernas
Las piernas son una de las partes del cuerpo que antes se cansan, junto con la espalda. Por si fuera poco, una mala circulación sanguínea es sinónimo de fatiga, y a largo plazo pueden aparecer las temidas varices.
Para evitar esto podemos ayudarnos de ejercicios en los que se contraen los músculos de pantorrillas y muslos. Un reposapiés de oficina puede venirnos de perlas para este fin, ya que podemos aprovechar su inclinación para potenciar los efectos de estos pequeños ejercicios.
Estando sentados en la mesa y con los iés totalmente apoyados procederemos a subir y bajar las piernas elevando las rodillas utilizando la fuerza ejercida por los gemelos. Estos ejercicios de oficina vienen muy bien ya que oxigenan el tren inferior y además los podemos hacer cada 15 minutos de una manera discreta y sin perder tiempo.
Sentadillas, ejercicios de oficina completos y efectivos
Siguiendo con las piernas, las sentadillas son una de las mejores formas de ejercitar todos los músculos, incluidos los glúteos, que pueden sufrir bastante a consecuencia de los largos periodos sentado. Estos completos ejercicios de oficina resultan un poco más aparatosos de realizar, teniendo en cuenta que un traje o la vestimenta formal propia de algunas empresas dificultan la tarea. Pero si tenéis la oportunidad, realizar 4 series de sentadillas con 8 repeticiones cada vez durante, por ejemplo el café, notaréis unas piernas más fuertes, descansadas y tonificadas.
Ejercicios de oficina con sillas
Las sillas de oficina pueden ser nuestras aliadas a la hora de realizar ejercicios. ¿Un sencillo ejercicio completo, con el que se trabajan los abdominales y que se puede hacer rápida y cómodamente? ¡Levantarse y sentarse!
Podemos aprovechar aquellas paradas o recados que hagamos para llevar a la práctica estos ejercicios en la oficina. Practicarlo 4 o 5 veces cada hora es otra de las formas de ejercitarse, siendo especialmente interesante ya que hay muchos músculos implicados cuando realizamos la operación de sentarse/ levantarse.
Ejercicios de oficina para el tren superior
Por último pero no menos importante estarían los brazos, tranco y espalda, ésta última una de las zonas más delicadas a la hora de hablar de trabajos sedentarios en oficina. Obviamente la empresa en la que trabajamos no es un gimnasio y la complejidad de los ejercicios de oficina está limitada por razones obvias, pero apelando al concepto de aprovechar acciones cotidianas para movernos más físicamente podremos conseguir ejercitar los brazos.
Unos estiramientos pueden ser el punto de partida; como siempre repeticiones de baja intensidad y que podamos realizar de una forma discreta y razonable. Si queremos subir la intensidad podemos probar a subir y bajar objetos de una estantería, aprovechando eso sí el viaje para coger una carpeta o archivador.
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