Una silla de piel blanca transmite elegancia y pureza, pero es cierto que a la vez es un material y color que se ensucia fácilmente. Es paradójico, ya que precisamente esa elegancia y sofisticación que intentamos conseguir con el neutro color puede verse arruinada por las manchas y los roces del día a día. De hecho, el cuero blanco socio y desatendido es una de las cosas que peor imagen puede transmitir en una oficina u hogar.
Por eso hoy vamos a dedicarle tiempo a las sillas de piel blanca, a sus cuidados y a unos cuantos trucos que seguro os sorprenderán por su eficacia.
Una silla de piel natural blanca requiere un mantenimiento
Lo primero que tenemos que diferenciar a la hora de hablar del cuidado de la piel blanca es la naturaleza del material. Aquí es importante hacer la distinción entre sillas en piel natural o modelos de piel sintética o polipiel.
La piel sintética se caracteriza por su mayor resistencia y facilidad de limpieza. Al tratarse de un material no natural es más fácil aplicar tratamientos y capas protectoras. Sin embargo, una silla de piel natural blanca requiere de unos cuidados más especiales para garantizar su durabilidad y óptimas condiciones.
Básicamente el cuero necesita ser hidratado y es conveniente aplicar algún producto para mantenerse en buen estado y hacer que sea más difícil que la suciedad se incruste. Es evidente que el tacto, suavidad e incluso aroma del cuero es algo muy especial y que transmiten nuestros elegantes modelos de silla cromada de cuero blanco como nuestros PALMA, MILAN o CHICAGO 10.
En una silla de piel blanca usar primero jabón neutro
Como norma general recomendamos siempre realizar la limpieza con un paño de algodón humedecido en agua tibia. En la mayoría de las ocasiones, y si se trata de suciedad superficial, este truco es suficiente para tener nuestra silla de piel blanca en perfecto estado.
Sillón MILAN en piel blanca
Ahora bien, si hablamos de manchas más persistentes será necesario dar un paso más y utilizar un poco de jabón neutro. La clave de este tipo de jabón es que es más delicado y no tiene agentes químicos agresivos que puedan estropear el bonito acabado de nuestra silla o sillón. Tampoco es necesario volvernos locos buscando un producto específico, frotar suavemente una pastilla de jabón de manos puede dar un resultado más que sorprendente.
Nunca frotar enérgicamente una silla de piel blanca
Otra de las reglas de oro para limpiar adecuadamente nuestra silla de piel blanca es evitar frotar demasiado fuerte a la hora de hacer la limpieza. Si lo hacemos, corremos el riesgo de extender las manchas, por lo que en lugar de limpiar, lo que acabaremos es por extender la suciedad. En el caso de manchas de tinta o las producidas por el contacto de prendas oscuras requieren un tratamiento especial, en el que es más conveniente buscar un quitamanchas específico.
Nutrir una silla de piel blanca, imprescindible
En el caso de sillas de piel natural blanca, como la silla Berlin en piel blanca, es importante nutrir el tapizado periódicamente, al menos una o dos veces al año. La naturaleza orgánica de la piel natural hace que sea necesario aportar hidratación para que mantenga sus propiedades y elasticidad inalteradas con el paso del tiempo. Existen en el mercado productos hidratantes específicos que, además de nutrir la piel, la limpian y crean esa barrera protectora de la que os venimos hablando.
La calidad de una silla en piel natural blanca marca la diferencia
La calidad del tapizado y los tratamientos aplicados para asegurar su longevidad están también detrás del mantenimiento de un sillón blanco. Precisamente dichos tratamientos, consistentes en agentes químicos y capas protectoras actúan como una barrera que repele la suciedad y hace que las manchas no se incrusten en el material. Incluso es posible ver estos tratamientos en el caso de la piel de Nappa, un tipo de cuero fino, de excelente acabado y suave tacto. ¿Un ejemplo? nuestro imponente sillón VILLA o nuestra silla de Oficina SIGRID en piel blanca.
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